martes, 30 de enero de 2007

Fight Club




Estas dos criaturas de Dios trabaron pelea a muerte en mi ventana. Lo que más me preocupa es saber quién resultó vencedor…

sábado, 27 de enero de 2007

Los quinotos y los niños


Nides es mi madrina y amiga íntima de mamá. Vivía cerca de casa en un caserón tipo chorizo. El bar de la esquina supo ser punto de encuentro de compadritos y malevos allá por el 1900.

Los cumpleaños de Nides eran famosos. Como buena solterona le sobraban amigos y, para los festejos, la casa explotaba de gente, comida y regalos y el griterío alcanzaba niveles escandalosos. La costumbre estableció que cada invitado debía traer algo de comer. Así se lucían siempre los platos típicos: la empanada gallega de Coca, las bombitas de roquefort de tía Emilia, los keppes de Edith, la focaccia de mamá e infinidad de delicias caseras. 


Pero sin duda el plato más esperado, y sin el cual no había fiesta, eran los quinotos al whisky de Nilda y Ligia. Estas dos reinas de la simpatía -a quienes más tarde tuve oportunidad de conocer mejor y apreciar menos- eran hermanas solteronas de aire aristocrático, de esas que adoran meter las narices en los asuntos ajenos. Pero esa noche sus quinotos eran tan esperados que, gracias a ellos, Nilda y Ligia se convertían en las hadas madrinas  de la fiesta.

Recuerdo un cumpleaños en particular. Tendría yo unos 10 años o menos. Hubo un choque en la esquina que cobró cierta espectacularidad en un barrio donde nunca ocurría nada. Alertados por el estrudendo, los invitados corrieron a la calle abandonando charlas y platos atiborrados de comida. A los chicos nos dejaron adentro y cerraron con llave la puerta del zaguán. Comandados por Lita y Alejandro, los mayores, atacamos la cocina ansiosos de un festín inolvidable. Pero no encontramos nada interesante pese a haber requisado una a una las bandejas, paquetes, cajas y frascos. Hasta que alguien dio con los quinotos. 

- ¿Qué es esto?
- Deja eso, no toques que tiene whisky, dijo Lita. 
- ¿Qué es güisti?

Y ya unas cuantas manitos curiosas se hundían en el líquido espeso, acaramelado y brillante. Al principio no nos gustaron. Pero luego del primero, el sabor dulzón invitaba a más. Y después del cuarto o quinto reíamos a carcajadas con la mirada extraviada. Así nos encontraron, desparramados en el piso de la cocina, la ropa manchada y pegajosa, hablando incoherencias y negándolo todo. Desconcierto general por la pérdida de los ansiados quinotos y lágrimas de rabia asesina en los ojos de Nilda y Ligia.
Nos mandaron a dormir la mona. Nides apaciguaba los ánimos retardando el castigo, pero no pudo impedir que volara algún que otro sopapo. Al año siguiente tomaron la precaución de montar guardia rotativa permanente en la cocina. Parece que los quinotos valían su peso en oro.

martes, 23 de enero de 2007

Parole, parole, parole

El: Ya falta poco y terminamos.
M: Sí…
El: Y… ¿cómo te ves?
M: Al sol me veo horrible.
El: ¿Por qué horrible? ¡Jajajajaja! Entonces no podrás ir a la playa este verano.
M: No sé, me parece que todavía tengo un poquito acá, ¿ves?… Al sol me veo mal.
El: VOS ves mal, nena. Muy mal. Ponete boca abajo.


El: ¿Está todo bien?
M: Sí, ¿por qué me preguntás?
El: Porque no me mirás a los ojos...


El: ¿Seguís ensayando con el coro?
M: No, ahora estamos de vacaciones. Retomamos en marzo.
El: Me encantaría escucharte… (suspiro) Debés tener linda voz.
M: Bueno... algún día te voy a cantar.
El: ¿En serio? Cantame ahora.
M: No, ahora no.
El: ¿Cuándo?
M: No sé, no da el lugar ni el momento.
El: Decime vos dónde y cuándo.


El: Para recibir, primero hay que dar mucho. Hay que saber “dar”.
M: Sí, pero a veces das demasiado y recibís poco o nada.
El: Hay que insistir. Dando se recibe.
M: Es lindo dar y recibir. Pero no siempre es recíproco. Algunos no lo entienden así.
El: ¿Y vos das mucho?
M: Si el otro es merecedor… sí.

lunes, 22 de enero de 2007

La "coltura"

"La coltura es una gran cosa, m' hijo!... porque... usté va en un concierto, de Chopin, como ser ... si no tiene coltura, cree que Chopin, es el inventor del guiso de mariscos... en vez, si tiene coltura, sabe que Chopin era un pianista que fabricaba valses de todas las medidas: nro. 1, nro. 2, nro. 3, para cualquier largor de dedos...."
Catita (Nini Marshall)

miércoles, 17 de enero de 2007

El bañero



Esta mañana me crucé con la vecina de al lado que llevaba al nene a la colonia. Me abordó desesperada:

V: ¿Te enteraste?
M: ¿De qué?
V: Contrataron otro bañero. Juan no viene más.
M: Ah, mirá vos, no sabía… ¿Quién es Juan?
(Por la forma en que me miró comprendí que la ofendí con mi ignorancia).
M: Ah, sí, sí. Ahora caigo. ¡Juan! Claro, el bañero del año pasado. ¿Por qué no viene más?
V: No sé. Parece que pidió aumento. ¿No viste que contrataron a otro? Pero te digo: nada que ver con Juan. Este tiene mal carácter, los caga a pedos a los chicos… bla, bla, bla, bla…

Seguía hablando sin parar pero yo estaba como encerrada en el cono del silencio.
La contratación del bañero no es un tema que me quite el sueño. La verdad que no. Pero está bueno que se lo quite a mis vecinitas que obviamente salieron perdiendo con el cambio. Juan era un pibe de veintitantos años, muy buen mozo, abdominales bien marcaditos y simpático por demás. Las minas se instalaban a su alrededor para mimarlo y competían a ver a quién le daba más bola. De terror. Todo eso mientras sus hijitos jugaban en la pileta bajo la no muy atenta mirada de Juan.
El nuevo bañero es muy distinto. Tipo maduro, no muy agraciado y hasta diría que un poco hosco. Se genera un vacío donde él está, nadie quiere sentarse cerca. Pero no tiene mal carácter, lo que pasa es que hace valer su autoridad y protesta cuando los chicos corren alrededor de la pileta, los manda a ducharse, etc. O sea, todo lo que Juan nunca hizo ya que sólo tenía tiempo para dedicarse al harem que ahora suspira por su ausencia.
Sólo por la delicia de contradecir, diré que el nuevo bañero me cae muy bien. Y hoy pienso saludarlo y quedarme a charlar con él. Ya estoy preparando la canasta con el mate y rosquitas de limón. Seguro que le gustan.

martes, 16 de enero de 2007

No es lunes, pero igual...


Dolor menstrual, tedio, mucha fiaca y hambre de helado de chocolate con pasas y almendras.

Así me siento hoy.

sábado, 13 de enero de 2007

Quiero BRASIL

Moro
Num país tropical
Abençoado por Deus
E bonito por natureza
Mais que beleza
Em fevereiro, em fevereiro
Tem carnaval, tem carnaval



Quiero samba, verde, café, sol, caipirinha, batucada, arena, Bahia, maracuyá, bamboleio y Carnaval

Brasil, prá mim, prá mim, prá mim…


miércoles, 10 de enero de 2007

Desvelos










When I was young
I never needed anyone
And making love was just for fun
Those days are gone

Pienso (te pienso) e imagino de una y mil maneras lo que no debería ser.

lunes, 8 de enero de 2007

You don´t own me

I’m not just one of your many toys.

Reconciliación.

Pelea de esas en que una cosa atrae a la otra y así una miguita deviene en huracán. Recurrencias que se inflan con el tiempo y adquieren el olor rancio de lo callado.

Necesito un trago fuerte en la terraza soleada de algún bar. Un trago con paragüitas.

viernes, 5 de enero de 2007

Cosi cosi



Dr: Sos una chiquita inquieta.
M: ... (sorpresa)
Dr: Lo de chiquita es cariñosamente.
M: ... (sorpresa!!)
Dr: ¿Das muchas vueltas en la cama?
M: ...(sorpresa mayúscula!!!!!!!)
Dr: Digo… cuando dormís. ¿Das muchas vueltas?
M: Sí. Me cuesta mucho dormir.
Dr: Ah, a mí también. Somos dos inquietos.

Dr: ¿Te receto algo para dormir? Algo suave.
M:  No.
Dr: No querés tomar nada, ¿no?
M: No.
Dr: Pero te ayudaría a dormir.
M: No, gracias.
Dr: Bueno... p
ero si querés, pedime. Podés pedirme lo que quieras.
M: ... (es broma???)