lunes, 23 de julio de 2012

I don't give a shit

Estamos a julio y sigo sin la agenda que me desvela. Me miran raro en la librería cuando pregunto y vuelvo a preguntar e insisto en que no puedo dormir si no la tengo. ¿Qué van a pensar de mí, de este año en blanco sin frases célebres ni decisiones revocadas?

No tengo agenda, abandoné la dieta que me auguraba un futuro de feliz delgadez que es como una vuelta atrás esperando que me entren otra vez las mismas mallas pasadas de moda o el shorcito aquél de flores diabólicas que guardo sólo para constatar que mi trasero sigue aún en su lugar… y por si fuera poco, perdí la Llama Violeta. ¡La perdí!

Antes no creía en estas cosas pero últimamente me he vuelto meditation dependiente y necesito mi llama, que me llame, que me queme, que me revuelva un poco y me haga dormir. 

No alcanza con las pequeñas renovaciones que intento en mi acogedora cueva. Perdí las ganas de decorar, guardar y romper. Tengo hambre.

Ahora me doy cuenta que todas mis frases de este post empiezan con un “NO”.