jueves, 29 de marzo de 2012

Soy MUJER

“El pecado abre las puertas del cielo más fácilmente que una virtud hipócrita”.

Hablar de menstruación es hablar de ser mujer. Una mujer que se precie de tal no negará los dolores, los olores y colores, la pegajosidad y las complicaciones del cambio de tampón.


Los hombres no saben de estas cosas: Les llama la atención el berrinche, la compra compulsiva de toallitas, la conversación entre amigas en la que TODAS coincidimos: en esos días nos hinchamos.

Is menstruation a sin?

La nona decía que “en esos días” no había que lavarse la cabeza. También decía que bañarse “en esos días” acortaba la vida. Y decía muchas otras cosas, como que el dolor cesaba con un trago de ginebra y que podía cortarse el flujo tomando té de borraja y limón. Otra forma muy pecaminosa de suspender la menstruación era mirarse al espejo y se sabía que una andaba con la regla si batía la mayonesa y ésta se cortaba. Cualquier batido se cortaba “en esos días” y la masa de pan no leudaba y las sandías se secaban.

“En esos días” que ya no son. Ahora somos inimputables y podemos bañarnos, tomar sol, hacer el amor y depilarnos sin que nos posea el demonio ni se eche a perder la comida.

Los hombres siguen sin entenderlo pero la Naturaleza es sabia: por algo no los ha preparado para abrazar la femineidad.