miércoles, 9 de mayo de 2007

¿Quién es? Soy yo

Sonó el timbre. Anochecía. Una ráfaga de viento helado se coló por la puerta entreabierta.
Ahí estaba él, mi príncipe azul, con sus ojos claros y la mochilla tan pesada.
-Hace tanto que te espero…
-Sí, disculpame. Quedé atrapado en Panamericana, 5km de cola…
-Estás cansado… Vení, pasá. ¿Tomás un café?
-No, no, gracias. Mostrame dónde está la antena.
Y con esa seguridad de experto en la materia, destornillador en mano, se subió al techo y puso manos a la obra.
Sin vacilaciones sentenció:
-Es la puntera. ¿Alguien estuvo tocando la antena?
-Nooooo, ¿cómo se te ocurre?
¿Qué le voy a decir? ¿Que le pegué una patada y casi queda giratoria?
Al cabo de diez minutos “encontramos la señal”. ¡Yupiiiii!
Con lágrimas de emoción firmé la conformidad.
-Dame tu teléfono así otra vez te llamo directamente.
-No… esteee… yo no soy de acá. Me mandaron de casualidad.
-¡Qué lástima! Sos un divino, me alegraste la semana.
Le estampé un beso fuerte en la mejilla y se fue trastabillando, completamente aturdido y más desorientado que mi pobre antena.

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