lunes, 25 de junio de 2007

Once again


¿Por qué todo vuelve a empezar… siempre?

Cuando ya estaba prácticamente camino al archivo de las cosas que es mejor dejar pasar y olvidar cuanto antes, otra aparición en escena con pedidos de perdón “porque me equivoqué, tenés razón en enojarte, pero te necesito, me hace mucho bien estar con vos”. Y yo sigo sin poder “detenerlo” y “detenerme” y todo es tan intenso y lacerante que me quedo sin aire cada vez que escucho su voz en el teléfono.
Nada en mi vida parece tener punto final. Me sorprendo a mí misma riéndome de los muertos resucitados que aparecen cuando menos lo espero. Pero no, no es gracioso. No es como cuando te encontrás con un viejo conocido en la calle y le espetás el clásico “¡Estás igual!” y sabés que probablemente no lo vuelvas a ver y el recuerdo se borra rápido sin dejar marcas. Mis “muertos” son pesos pesados que vuelven para quedarse, hacen nido, se aferran con uñas y dientes y ahí se quedan y no puedo arrancarlos de mí.
Y ahora otra vez… No puedo creer que todo vuelva a cero. Me sabe completamente vulnerable a sus palabras, incapaz de decidir fríamente como cuando me gano el mango todos los días…
Voy para donde quiera llevarme. Y sabe cómo manejar la situación. Juega bien.

1 comentario:

Luciano dijo...

No tengo ni idea. Si juegan mejor que vos lo mejor es hacer trampa o practicar en las sombras.
Muy buena la ilustracion de tu post.