domingo, 19 de abril de 2009

Para la barriada

No es que quiera ensalzar a nuestro jefe de Gobierno porteño, pero lo cierto es que el muchacho del bigote está adornando nuestro barrio con pintorescos boulevares, fachadas pintadas a nuevo, plazas rebosantes de flores y luces, sobre todo luces. Vaya que hacía falta…
Y para festejar los grandes cambios, no se le ocurrió mejor cosa que montar un precario escenario en medio de la avenida principal para ofrecer a la barriada una Gala Lírica con la participación de solistas de primerísimo nivel, y hasta ahí todo muy bonito.
Lo malo es que hacía frío y la soprano, una tal Tamara P, dueña de una voz espléndida, tuvo que cantar con sobretodo y por momentos se notaba que temblaba. Los tenores se lucieron y el bajo la rompió. Canzonettas que a todos gustan, Torna a Surriento, O sole mío, Marechiare y, por si fuera poco, la Chanson du Toreador que el público acompañó gozoso con las palmas.
Lástima que Macri no mandó plata para la orquesta y hubo que conformarse con grabaciones mediocres que no estaban a la altura de las circunstancias.
Como si no tuvieran fondos…
El Colón está en ruinas porque no lo cuidan, destruyen sin miramientos una obra de arte majestuosa, y no es que escatimen recursos, simplemente los malgastan y así estamos, otro año de andamios y promesas, uno de los más bellos teatros del mundo en completa decadencia y la incertidumbre, eso es lo peor, la incertidumbre del porvenir, cuándo, cómo, qué…
Para que el Fondo de las Artes baje la guardia y largue una propina, es necesario tener “contactos”. Es por ello que mi bienamado coro no logra la ayuda necesaria para una puesta a su nivel, sin mencionar que ya renunciamos a Mozart con todo el dolor del alma y quién sabe si podremos pagar la tiorba esta vez. Será de Dios…
Con los últimos acordes de Adiós Nonino, el cielo se ilumina de colores brillantes. Y claro, la plata de la orquesta se la gastaron en fuegos de artificio, faltaba más… Por lo menos la gente sonríe y aplaude, los perros aúllan temerosos y los niños enmudecen admirados.
Por el barrio, para el barrio.

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