viernes, 21 de octubre de 2011

Biología ingrata

Virgencita de las Alitas Protectoras,
Que esta menstruación que me acalora
Se lleve para siempre la jaqueca
Que de a ratos empeora.
Las hormonas alborotadoras
Ni dormir me dejan.
Tomo la pildorita sanadora
Y los dolores se alejan… por ahora.

Hace días que me “hirve” la cabeza. Tomé todo lo que había que tomar, recé, le pedí a la esposa del pollero que me curara el mal de ojo, inclusive metí la cabeza en el freezer y luego me la vendé como acostumbraban los incas. No sólo no resultó sino que empeoró todos los síntomas. Llegué a sospechar cosas muy feas, incurables, porque en la adversidad uno piensa siempre lo peor, se prevén todo tipo de catástrofes, proliferan las ideas perniciosas, se hace uno víctima y victimario y seguro que “nadie querría estar jamás en mi lugar”.

Cada menstruación es un antes y un después. Se renueva el ciclo y todo vuelve a empezar, sólo que con la edad las cosas ciertamente empeoran. Los dolores, la hinchazón, los ritmos lentos, la histeria, el mal humor y esa tendencia a imaginar las más crueles calamidades como si el mundo estuviera por estallar sólo para una, porque los demás no se enteran, nunca se enteran de nada, es probable que te lloren al principio pero después se olvidarán y seguirán absortos en su rutinaria cotidianeidad.

En días como estos ansío ser hombre. Los hombres no saben lo que es sufrir, no se hinchan, no sangran, si acaso padecen algún mal menor lo hacen público inmediatamente, se lamentan sin vergüenza en voz bien alta y solicitan cuidados especiales sumando así adeptos a su circo del dolor. Los hombres y esa extraña filosofía de vestuario que las mujeres jamás entenderemos…

Menstruation is life.
Menstruation is pain.
Menstruation is only the beginning.

1 comentario:

Luciano dijo...

Sí, no tengo ni idea. Uno sólo sufre las consecuencaias indirectas de los síntomas.