
Si tengo suerte y confluyen los astros, encontraré alguien que me masajee desde la punta del pie hasta la coronilla. Despacio y con mimitos.
Alguien que me saque la bronca y me haga olvidar.
Quiero besos.
Cigarrillo de bar, un cortado y a veces capuchino
Cigarrillo de stress laboral, muchos… demasiados
Cigarrillo post sexo
Cigarrillo de espera (el que espera desespera)
Cigarrillo cómplice de amigas que se cuentan un secreto
Cigarrillo éxtasis
Cigarrillo después de la cena
Cigarrillo ansiolítico
Cigarrillo de fiesta aburrida
Cigarrillo mangueado
Cigarrillo de bronca
Cigarrillo relax, haciendo aros de humo
Cigarrillo fashion, yo-sólo-fumo-importados
Cigarrillo mojado
Cigarrillo arrepentido
Cigarrillo solidario fumado a medias o en ronda
Cigarrillo promesa, “es el último pucho, no fumo más”
No sé bien qué hacer. Destruyo uno, lo aprieto fuerte, desmenuzándolo lentamente. Pero me entra culpa y lástima por los otros cinco que son como un símbolo, tan solitos y tentadores. Hace más de un año… Si fumo uno, no va a pasar nada, ¿no?
Diosssss ¡Que alguien me sacuda y me haga reaccionar!