
Si tengo suerte y confluyen los astros, encontraré alguien que me masajee desde la punta del pie hasta la coronilla. Despacio y con mimitos.
Alguien que me saque la bronca y me haga olvidar.
Quiero besos.

Cigarrillo de bar, un cortado y a veces capuchino
Cigarrillo de stress laboral, muchos… demasiados
Cigarrillo post sexo
Cigarrillo de espera (el que espera desespera)
Cigarrillo cómplice de amigas que se cuentan un secreto
Cigarrillo éxtasis
Cigarrillo después de la cena
Cigarrillo ansiolítico
Cigarrillo de fiesta aburrida
Cigarrillo mangueado
Cigarrillo de bronca
Cigarrillo relax, haciendo aros de humo
Cigarrillo fashion, yo-sólo-fumo-importados
Cigarrillo mojado
Cigarrillo arrepentido
Cigarrillo solidario fumado a medias o en ronda
Cigarrillo promesa, “es el último pucho, no fumo más”
No sé bien qué hacer. Destruyo uno, lo aprieto fuerte, desmenuzándolo lentamente. Pero me entra culpa y lástima por los otros cinco que son como un símbolo, tan solitos y tentadores. Hace más de un año… Si fumo uno, no va a pasar nada, ¿no?
Diosssss ¡Que alguien me sacuda y me haga reaccionar!

Sandokan: Si hay alguien que ves por la calle y decís “Es Sandokan”, ese es Kabir Bedi. A principios de los ochenta daban la miniserie en canal 13, en míseros capítulos diarios de quince minutos. Y él era como lo imaginaba… Tan atractivo, viril, la mirada de águila, repartiendo diamantes del tamaño de una avellana y sus barcos vomitando artillería sobre las costas malayas. Ahhhh… Me acuerdo cuando tomó la pastilla para parecer muerto y lo lanzaron al mar amortajado, y su novia Mariana lloraba. Yo siempre era Mariana y cambiaba el final de la historia para casarme con él y vivir por siempre en Mompracem.
e seducía a Robin, la embarazaba y después nacía la bebé rara, mitad humana, mitad alien. Qué horror cuando lo encerraron en esa pecera para matarlo con polvo rojo y se arrancaba la piel a jirones. Un desperdicio… Ella lo mató. Yo le hubiera dejado la careta puesta un rato más.
Richard Chamberlain: Tenía trece años cuando vi por primera vez “El pájaro canta hasta morir”. Fue devastador. Me dio vuelta como un panqueque. Amé al padre Ralph hasta la médula. La de fantasías que habré alimentado con hombres en sotana… Después se comentó que era gay… Pero hago como que no me enteré.