jueves, 21 de diciembre de 2006

Doc

Instalada en el country, fui presa fácil del sedentarismo. Entonces supe que el ritmo de la ciudad me mantenía firme, lisa y flexible y extrañé mucho todo aquello y odié más esta saludable vida de campo que un día se metió con mis piernas. 

Esas cosas del destino que, en el momento menos pensado, me condujeron a él, derechito y sin titubear. 

Entré muy tímida al consultorio. Sobre el escritorio del doc, se apilaban unas curiosas lolas de silicona, de variadas texturas y tamaños. Las toqué y apreté. Las sigo tocando y apretando cada vez que voy y fantaseo con esa sensación impúdica de saber cómo será cuando haga falta. 

Al cabo de la primera sesión se me quitó el miedo. Dice el doc que mi umbral de dolor es bastante elevado pues soporté sin pestañear la ola de pinchacitos. Es un señor simpático, 
lindos zapatos, un ego de los mil demonios y un "algo" que me mariposea el estómago cada vez que lo veo. Me da la mano para bajar de la camilla y me mira de reojo mientras me visto.

Camino en terreno pantanoso y no puedo evitarlo. No quiero evitarlo.


2 comentarios:

anita (la gurisa) dijo...

jaja! me hiciste reir con este post, yo vivo en la ciudad y launica forma de atacar la celulitis, fue comenzando a hacer deportes a mis 34 años, muy recomendable por cierto!!!

un saludo para vos!!

Anónimo dijo...

muy bueno el post....describis muy bien el ataque de las mujeres por la celulitis. hay un sitio http://www.mundocelulitis.com que explica muy bien los tratamientos y ejercicios recomendados para eliminar la celulitis y es cierto que se hace mucho incapie en el ejercicio como bien tu lo has dicho como una de las medidas fundamentales en la lucha cotidiana que tenemos todas las mujeres para acabar con nuestros hoyuelos en las nalgas.
saludos