
La tormenta nos dejó a oscuras por tiempo indeterminado.
Prendí velas y las distribuí estratégicamente. Incluso recurrí a las luces de emergencia, esas redonditas que se encienden pulsando sobre el “caparazón” y dan una luz blanca bastante potente. Son simpáticas aunque viven poco tiempo.
Me asusta la oscuridad.
H encendió la radio y ahora escucho la voz adormecedora de Nora Perlé: “Canciones son amores”.
Me duelen los ovarios. Hay cera derretida por todos lados.
Me voy a dormir.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario