martes, 16 de marzo de 2010

El doctor Mersa

¡Este tipo es un asqueroso!

Mostrar al público la prótesis pinchada que acaba de extraer del cuerpo plastificado de la “famosa”, esa especie de aguaviva envuelta en una servilleta, rezumando gel de aspecto “mocoso” que amenaza con derramarse cada vez que la aprieta con sus dedos sin guantes.

El Fulano –“m' hijo el dotor”- continúa superándose a sí mismo.
¡Y pensar que tipos como éste la levantan con la pala! Uno transpira la gota gorda, estudia, paga t-o-d-o-s los derechos de piso, duerme poco y se levanta temprano, se lamenta en silencio frente a la góndola del supermercado, trabaja… ¡TRABAJA! …y paga los impuestos. ¿Para qué? Para que giles como éste anden por la vida vestidos con ropa cara, al volante de autos exóticos, halagados y aplaudidos por un selecto ramillete de mediáticos que le llenan los bolsillos y se regodean mirando la teta explotada que manipula con brutal descaro.

¡Pero será posible! Que alguien me explique los fines didácticos de andar pellizcando ante las cámaras una silicona usada, justo cuando acabo de saborear mis tallarines a la putanesca que ahora me pesan como collar de sandías.

Médicos eran los de antes… Y los de ahora también, pero no éste que se cree un mesías de la belleza y apenas logra expresarse. ¿Qué sería de la sociedad si nuestros cirujanos anduvieran por ahí mostrando “cosas” trasplantadas o amputadas envueltas en pañuelitos? Pero qué barbaridad… ¿Es que no hay ética? ¿O es que hay público para todo?

No encontré videos de esta teta asustada y dudo que quiera exhibirlos en mi coqueto blog. Pero, a modo de campaña preventiva, aquí va un pequeño ejemplo de lo que es capaz
el doctor Mersa. Mucho cuidado con él. Y es que "obviamente" para muestra… ¡basta un botón!

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