jueves, 15 de abril de 2010

Morir de amor

Destroy what you want in your passion, except my dress !

Me duele la espalda, me duele bastante, justo ahí donde está el huesito ése, el que a él le gusta. Y es que, cuando la pasión se desborda, pareciera que la sensibilidad se concentra en aquellos “lugares importantes” y abandona el resto del cuerpo, como una mala madre, y uno se golpea, resbala, se tuerce y retuerce pero no hay dolor ni queja, nada que estropee el maravilloso y mágico momento.

Yo: ¡Un día me vas a dejar seca! No sé qué harás entonces…
AC: Me rajo por la ventana, obvio.
Yo: Siempre tan solidario…
AC: ¡Ay, cómo te quiero!

El moretón se va coloreando lentamente y me pregunto si se pondrá amarillo
y verde y violeta como cuando aprendía a andar en bicicleta y volvía a casa con las rodillas hechas puré. Fue peor la vez que, sin querer, estampé la cabeza contra el mármol de la mesita de luz y casi VEO la luz, literalmente. Mi rey de corazones me acarició el pelo murmurando “Ya está, no pasó nada” y yo le creí y después vinieron nuevos y fabulosos orgasmos y el chichón no floreció sino hasta el día siguiente.

Con los espejos la cosa se pone realmente peligrosa. No sólo porque, de partirse en mil pedazos, corre uno el riesgo de desangrarse como un solomillo jugoso; más bien por los siete años de desventuras que, dudo mucho, pueda neutralizar con mi botellita de alcanfor y el aura de colores que me enseñó a conjurar Madame Aliza.

Esto es lo que yo llamo MORIR DE AMOR. Accidentes tontos, impensados, inconscientes, que hoy me dejan la espalda machucada y mañana, no sé. Si un día me encuentran como a Norita, fría y entumecida, con la sonrisa en los labios y su perfume prendido en mi pelo, sabrán cómo ha sido y no lo culparán, aunque se raje por la ventana como él dice. Yo haría lo mismo.

2 comentarios:

maga dijo...

Yo te decia que esto iba a terminar mal. Llevate una armadura!

Lolita y El Profesor dijo...

Es que -si se me permite una opinión-, si bien el fulano la pone en serio riesgo con esas posiciones estrambóticas a las que hace alusión, el placer que le provoca es directamente proporcional al peligro de quedar seco. ¿Me explico? Si no comprende, es porque me expliqué mal. (Es que a esta hora, mucho no razono y para peor con un principio de gripe). Eso sí, cuídese en el caso de "El Salto del Tigre", que es realmente peligroso si calcula mal la distancia del ropero a la cama. ¬ ¬
Digo... con todo respeto, ¿eh?

El Profesor