jueves, 7 de febrero de 2008

Objetos de deseo

Yo quiero...
Él quiere...
Nosotros queremos…
Y no podemos.
Es el cuento de nunca acabar.

Sueño con un paraíso ideal y cursi, sin horarios ni preocupaciones, ni esposas ni maridos ni empleados ni entrometidos…
Un eterno viaje a la Isla de la Fantasía, o tal vez el Crucero del Amor si pasan música de Maná y podemos nadar con los delfines y hacer el amor a cualquier hora del día y de la noche sin mirar el reloj ni una vez.
Cada tanto, cuando no queda otra, volver a la realidad en un jet privado piloteado por MacGyver y escapar lo más pronto posible.
Viajar en el tiempo es otra opción que me resulta cada vez más atractiva. Y eso me recuerda que… ¡Ahí está! Cuando el hombre de mis desvelos declare una vez más que las mujeres sólo sueñan con un marido millonario que les ponga la coronita hasta el fin de sus días, le diré que mi sueño es conseguir los objetos que harán nuestra felicidad por los siglos de los siglos, porque así lo dicen los cuentos de hadas. A saber:

El anillo para volverse invisible.
La lámpara de Aladino… con el genio, claro.
La brújula mágica para transportarse al pasado.
La poción de la eterna juventud.

Y entonces, mal que le pese a muchos, tendremos nuestro paraíso ideal… extremadamente cursi.

5 comentarios:

Luciano dijo...

Ojo con ese Anillo...

Menta Ligera dijo...

Siempre me tento el Anillo. Las cosas que haria con el...

Luciano dijo...

Yo tengo el anillo de la imbecibilidad. No sirve para mucho.

Menta Ligera dijo...

Yo naci con el Anillo de la Torpeza puesto.

maga dijo...

Si tuviera el anillo de la invisibilidad entraria a la boveda del Citibank a llevarme todo. Total... "ladron que roba a ladron..."