martes, 24 de febrero de 2009

Charla a la luz de un farol

-¿Qué te pasa cuando hablo de ella? ¿Son celos? ¿Qué es?
-No, no son celos… Tampoco sé cómo definirlo. Supongo que tiene que ver con las comparaciones, ingratas pero inevitables.
-No entiendo…
-Es que la comparación siempre está. No es cierto que un amor reemplaza a otro, ni que lo iguala o lo supera. Todos somos distintos y yo busco a ese alguien especial que me haga sentir feliz, que me de lo que necesito en el momento preciso.


A veces no sé si soy la amante, la novia, la amiga o el amigo. O todo por el mismo precio… Sí,
debe ser eso. No es que me queje, de algún modo me hace feliz, a veces me enoja, por momentos siento miedo, dudas, después vuelvo a confiar, me enojo otra vez y es como un viaje sin rumbo fijo donde cada tanto tocamos puerto. Y eso es lo que más me gusta, cuando las aguas se aquietan y es posible imaginar un futuro distinto, un sueño casi tangible.

-¿Cuántos amores de verdad puede uno tener en la vida?
-Si tenés suerte… uno solo.

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