viernes, 21 de diciembre de 2007

Canto y algo más


Caro mio ben,
Credimi almen,
Senza di te
Languisce il cor.

Caro mio y la rep… que te re parió. El mi bemol me sale calante, estridente, me hace doler la garganta. Ya probé respirando por la boca, inflo la panza, imagino que el sonido se genera debajo del ombligo y sube, sube, sube… pero no hay manera. Sigue sonando horrible, no logro sostenerlo y menos si Giordanello, que bien disgustado estará en su tumba, pide “pianissimo” y “legato” en lugares imposibles.
“Proyectá hacia delante. Más arriba, más arriba”. La profesora es toda una eminencia, cantante lírica de trayectoria reconocida, aplaudida en los escenarios más prestigiosos del mundo. Y ahora está acá, encerrada en una habitación de 2x2 conmigo y una gatita muy cariñosa llamada Sasha que cada vez que me siento se trepa por mis piernas y pide que la acaricie. A veces pienso que si cobrara por mis caricias sería multimillonaria…
Después de vocalizar veinte minutos no sirvo ni para trapo. Y la profe pide más y más… “de nuevo el do sobreagudo ¡más limpio!”. Y en una extraña asociación de ideas, recuerdo que este fin de semana me toca limpiar la heladera y lavar toda la cristalería porque el 25 se instala en casa la familia completa para la gran festichola y quien suscribe oficiará de cocinera, mucama y lavaplatos sin goce de sueldo. Triste destino…
Ya no puedo concentrarme y ni Vivaldi logra evaporar el tedio que me invade anticipadamente. Por hoy, basta de canto.

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