Hacer bien el amor es tan importante como pelear bien, con amor… mi amor.
Te enojaste, se te subió la tanada, perdiste la chaveta, derrapaste.
Todo por esa cosa de la incomunicación que, muy a pesar tuyo, crea una distancia de años luz, te pone de mal humor, desata las más insólitas especulaciones, te angustia y preocupa, te desespera… y él como si tal cosa.
Pero claaaaaaaro… Los hombres son así, viven al día, no ven más allá de la picadita, el partido
del domingo y un buen polvo antes de dormir. SIMPLES, los hombres son animales simples, predecibles, fáciles de conformar.
No hay que creer lo que dicen, mejor confiar en los espejos, por qué no en las amigas, pero nunca, nunca, ¡nunca! en los hombres.
El hombre medio escupirá comentarios desesperantes sin siquiera tomarse la molestia de observar con detenimiento para emitir una opinión seria y objetiva: “Lindo el vestidito… ¿es negro o marrón?” “Psé… te queda bien, pero te hace un poco gorda, ¿no?” “¿Cuánto te costó?” “Te vas a cagar de frío…” Y cosas por el estilo hasta que al final, reparando milagrosamente en tu cara de
descontento, intentará conformarte admitiendo que “el vestido te queda bárbaro”, aunque con un tonito poco convincente que derretirá lo poco que te queda de autoestima.
No es el caso, pero igual, por las dudas, vale la pena aclararlo.
Como siempre, mimos de por medio, tu hombre especial logra de a poco apaciguarte y ya no estás tan encrespada. Pero que sepa, para la próxima, que a la Reina de la Paciencia no conviene tirarle tanto de la soga, no vaya a ser que te ahorque o se rompa y, una vez a la deriva, no te vuelva a encontrar.
Te enojaste, se te subió la tanada, perdiste la chaveta, derrapaste.
Todo por esa cosa de la incomunicación que, muy a pesar tuyo, crea una distancia de años luz, te pone de mal humor, desata las más insólitas especulaciones, te angustia y preocupa, te desespera… y él como si tal cosa.
Pero claaaaaaaro… Los hombres son así, viven al día, no ven más allá de la picadita, el partido
del domingo y un buen polvo antes de dormir. SIMPLES, los hombres son animales simples, predecibles, fáciles de conformar.No hay que creer lo que dicen, mejor confiar en los espejos, por qué no en las amigas, pero nunca, nunca, ¡nunca! en los hombres.
El hombre medio escupirá comentarios desesperantes sin siquiera tomarse la molestia de observar con detenimiento para emitir una opinión seria y objetiva: “Lindo el vestidito… ¿es negro o marrón?” “Psé… te queda bien, pero te hace un poco gorda, ¿no?” “¿Cuánto te costó?” “Te vas a cagar de frío…” Y cosas por el estilo hasta que al final, reparando milagrosamente en tu cara de
descontento, intentará conformarte admitiendo que “el vestido te queda bárbaro”, aunque con un tonito poco convincente que derretirá lo poco que te queda de autoestima.No es el caso, pero igual, por las dudas, vale la pena aclararlo.
Como siempre, mimos de por medio, tu hombre especial logra de a poco apaciguarte y ya no estás tan encrespada. Pero que sepa, para la próxima, que a la Reina de la Paciencia no conviene tirarle tanto de la soga, no vaya a ser que te ahorque o se rompa y, una vez a la deriva, no te vuelva a encontrar.
3 comentarios:
Como hombre que soy, permite que no esté de acuerdo con tú opinión.
No todos los hombres son iguales así como no todas las mujeres son iguales. jeje. Escribiré un post del tema un día de estos.
Si que es verdad que gran parte de los chicos solo ven futbol, sexo del malo y etc... pero no se puede generalizar.
Hay unos poquitos que somos especiales :-) (ta mal que o diga yo pero dadas las circunstacians...).
Sigo leyendote. Saludos desde Macondo.
Es cierto, no son todos iguales, pero si muy parecidos, aun los hombres especiales tienen esas caracteristicas tan particulares...
Pero no es que una los quiera menos, al contrario, de a poco vamos adquiriendo una especie de inmunidad jajajaja!
Eso de inmunidad suena a resignación jejeej.
Si es verdad que todos tenemos un pequeño toque, hay que reconocerlo.
Besos y saludos ¡¡
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