jueves, 14 de enero de 2010

Chocolates y momias

No nos habremos dado la gran panzada en Turín -la cuna del chocolate y la buena pastelería- pero la tía Marga nos regaló unos bombones que mamma mía…

-Pepo, pará con los chocolates…
¬-¡Uno más! Porfa… éste con papelito rojo…
-Ese tiene alcohol.
-¿Y qué? Ya me comí tres y no me hizo nada.
-…

Comimos chocolate hasta reventar… y garrapiñadas (me matan las garrapiñadas, en especial la de almendras), un banquete dulcísimo camino a La Plata en el auto nuevo de mi hermana, que anda chocha de la vida con su flamante adquisición. La acompañamos a buscar datos para una publicación en la que está trabajando, aunque Pepo al principio no estuvo muy de acuerdo.

El Museo de Ciencias Naturales es una mole imponente que maravilla al visitante y lo obliga a volver para terminar de recorrer la infinidad de salas que escapan al primer reconocimiento.
Pasamos de largo los insectos, las geodas y los mamíferos pampeanos. El objetivo eran unas aves de lo más estrafalarias que mi hermana quiere citar en su escrito y que, al parecer, son propiedad exclusiva del Museo y… La cosa es que la dejé absorta en la contemplación de los pequeños monstruitos y me llevé a Pepo a ver los fósiles. Uno nunca termina de asimilar la idea de que estos bichos fueron, alguna vez, los dueños del planeta.

-¿Cuál es más grande? ¿El Gigantosaurio o el Tiranosaurio?
-¿A ver…? Parece que el Gigantosaurio… y el más grande de todos es ese de ahí…
-El Ar-gen-ti-no-sau-rus. Qué nombre más boludo…
-Psé… Brasil será el país mais grande do mundo, pero el dinosaurio es argentino.
-Meri… si saco un huesito del esqueleto se cae todo ¿no?
-Ni se te ocurra…

Vimos las arañas gigantes (la Megaracne tiene el tamaño de un caniche…), esponjas, corales y un calamar enorme.

-¡Pepo! ¡Cuidado con la momia!
-¿Qué momia?
-¡La que está abajo de tus codos!

Un cadáver milenario (millonario) y ella, como si nada, recostada sobre el sarcófago con aire indolente, masticando chicle de banana en la cara del fósil.

-Son horribles estos floreros.
-No son “floreros”, son jarrones muy antiguos… ¡Cuidado!
-Uy… ¿Viste cómo lo atajé?

Pensar que me creía la reina de las torpes pero esta niña, con sus escasos 12 años, ya me saca
varias cabezas. Ella es así, desfachatada y perezosa pero de buen corazón, siempre dispuesta para la aventura, de respuesta ágil e ingeniosa… y sumamente torpe.
Recorrimos casi todas las salas, especialmente el Templo Aksha que fue abierto al público nuevamente. Pero cuando estaba de lo más atenta observando las maquetas un estruendo de alarmas me aceleró el pulso. No era un incendio ni había amenaza de bomba. El guardia de seguridad, con cara de pocos amigos, escoltaba a una niña regordeta de mejillas coloradas… La llevaba agarrada del brazo y ella sonreía toda inocente, venían derechito hacia mí.

-¡¿Qué hiciste?!
-Nada… Quería ir al baño pero me equivoqué de puerta.
-Dios mío… ¡Me vas a matar de un susto!
-¿Ya nos vamos?
-Y sí…

2 comentarios:

Luciano dijo...

Uh, que impresión la araña y la niña esa, después dicen que los pibes son peligrosos.

Menta Ligera dijo...

Si, a veces sueño con la araña esa, claro que si consideramos el tamaño de los demas bichos es una cosita de nada..
La niña es polvora en estado puro, me dejo sin aliento, necesito vacaciones y cura de sueño ja!