sábado, 9 de enero de 2010

Un amigo del viejo continente

A Thomas R lo conocí hace poco más de diez años en ocasión de su único viaje a Buenos Aires. Éramos colegas, trabajábamos en el mismo proyecto, yo desde acá, él al otro lado del océano.
No hace mucho se le dio por establecerse aquí, lo abandonó todo para vivir en
la ciudad del tango donde tiene una pequeña librería de textos extranjeros, un gato bizco y unos cuantos amigos inmigrantes.
No nos vemos seguido pero, cada vez que hablamos, me saluda con un extraño “Chika prrrrrezioza” y entonces valoro el gran esfuerzo que hace para aprender el idioma. Thomas tiene siempre un diccionario en el bolsillo al que evita recurrir salvo caso de vida o muerte. Es como el que lleva plata de más por si le roban o como yo, que atesoro tampones en la cartera para emergencias que no se producirán. Previsor. Thomas es, ante todo, previsor.

-¿Quién es este aparato?
-¡Shhhh! ¡Callate! Es amigo mío así que portate bien y tratá de ser simpática.
-Pero usa moñito…
-Pepo…
-Y habla raro…
-No habla raro.
-Sí.
-¡No!


Thomas no sólo habla raro. Camina raro, luce raro y mira más raro aún, más de lo que yo misma recordaba. Y Pepo no tardó en tomarle el punto, hasta descubrió ella solita que Thomas es un tacaño de colección (cosa que me guardé muy bien de aclarar) cuando nos invitó a tomar un helado y corrió al baño en cuanto trajeron la cuenta.
Como sea, compartimos una linda tarde, paseamos, conocimos su famosa librería y a Pepo le regaló un librito de cuentos irlandeses que dudo leerá algún día. Todo mientras hacíamos tiempo para la clase de baile a la que Thomas insistía en acompañarnos.

-Meri… ¿ya nos vamos?
-¡Terminala!
-Es un pesado…
-Sí, pero es mi amigo.
-¿Tenés muchos amigos como éste?
-¡Pepo!

Nos despedimos con inquebrantables promesas de “escribirnos pronto”, as usual. Nos acompañó hasta la esquina y lo observé unos segundos mientras se alejaba, rascándose la cabeza con inusitada dedicación.

1 comentario:

Luciano dijo...

Estos europeos son todos unos amarretes encantadores.
Se van a extinguir.