sábado, 26 de julio de 2008

Amor a primera vista

Lo miré. Me miró. Nos miramos un rato largo, de frente, de perfil, en puntitas de pié. Por un momento dudé, me alejé unos pasos, negué con la cabeza como queriendo disipar una idea equivocada. Pero no tardé en pegar la media vuelta y allí estábamos de nuevo, cara a cara, atraídos por la fuerza de un imán.

- ¿Te gusto?
- Me mataste.
- Llevame.
- No sé si debo…


Pensé una y otra vez, que si, que no, porque no es cuestión de actuar con compulsión, hay que
analizar cómo, dónde, con qué, cuándo… ¿y por qué no? A fin de cuentas, el precio de la etiqueta no es nada ¡NADA! comparado con la felicidad que me va a procurar.
De modo que entré decidida, no iba a permitir que nadie me lo arrebatara. Lo busqué con desesperación y al tenerlo en mis manos lo apoyé sobre mi pecho, olí su aroma a nuevo y acaricié su fibra suave y brillosa. Al rato nos paramos frente al espejo, observándonos a solas, sin interrupciones. El uno para el otro…
Y nos fuimos juntos, felices, a empezar una nueva vida.
Ojalá fuera todo así de fácil. ¡Clink caja!

4 comentarios:

Luciano dijo...

Todo material se desgasta. :P

Menta Ligera dijo...

Si, pero te da satisfacciones. Como lei una vez... "no hay pena de amor que una tarde de shopping no haga olvidar"

maga dijo...

Que te compraste????

Menta Ligera dijo...

Ya vas a ver..