Él: Aquí estoy, atrapado nuevamente en tus líneas.
Yo: No era mi intención, pero me halaga.
Él: Ay, princesa… Reís a carcajadas y yo… yo suspiro en otra tonalidad.
Yo: …
Él: Merecés un premio por la suavidad con que resistís mi (espero) delicado asedio.
Yo: Resisto todos los asedios… casi todos.
Él: Pues tu bonito tono español me inspira estas póstumas palabras, sin carcajadas, con toda la tajancia de la llanura castellana:
Yo: No era mi intención, pero me halaga.
Él: Ay, princesa… Reís a carcajadas y yo… yo suspiro en otra tonalidad.
Yo: …
Él: Merecés un premio por la suavidad con que resistís mi (espero) delicado asedio.
Yo: Resisto todos los asedios… casi todos.
Él: Pues tu bonito tono español me inspira estas póstumas palabras, sin carcajadas, con toda la tajancia de la llanura castellana:

Encantadora Señora,
bien resistís el asedio
de aquel Quijote-Flagelo
que insiste en variadas horas.
Pues la asimetría en cuestión,
es que se trata de esto:
allá vuestro corazón...
y acá yo… que sueño un beso.
Dijo “póstumas”… Pero si sobrevive, espero al menos que este idilio epistolar acabe de una vez por todas. Amén.
2 comentarios:
Pero quien es??????
Si te cuento no me vas a creer.. Eso si, todo absolutamente platonico, quedate tranquila.
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