sábado, 9 de agosto de 2008

Corpse

Esas contradicciones que tiene la vida… Será que soy de naturaleza tan pacífica que cuando se me desatan los cables ¡agarrate, Catalina! Antes no era así… Montaba en cólera por nimiedades y todos decían “Menta tiene mal carácter”. Hasta yo lo creía, pero me equivocaba. No existe el “mal carácter”, tan sólo el “carácter fuerte”, lo cual es considerado por muchos un gran don.
Con el tiempo aprendí a domesticarme. Ahora sólo lanzo objetos contundentes cuando la ocasión lo requiere, cuando la realidad me supera y corro desbocada por la vida sin riendas ni prejuicios ni límites ni remordimientos. Aunque afortunadamente no sucede a menudo.
Claro que suelo desdramatizar en sueños… “Descargar” sería la palabra adecuada.

Y entonces sueño que me rompo los puños contra la cara del degenerado-borracho-mujeriego-estafador que destruyó mis ínfulas de ejecutiva triunfadora y me siento tan poderosa que el mundo tiembla a mis pies. Pero es sólo un sueño, despierto fatigada y con la sensación de haber abrazado una nube de humo.
Ayer soñé con ella. Nadie especial, una chica del montón, muy del montón, que de pronto tiene pelo, ojos, piernas, manos… La imagen no se esfuma fácilmente, me recuerda a alguien, no sé a quién… Tal vez por esa razón no deja de resultarme inquietante. Ella es… o fue… no estoy segura.
La jungla oscura y húmeda como debe ser, chillidos, ruido de ramas rotas, un rugido a lo lejos y el batir de alas de aves que huyen asustadas. Me soñé corriendo decidida entre la espesa vegetación, el cuerpo empapado en sudor, la cara pintada con colores estridentes y en la mano el
arma letal… Cada vez más cerca el grito ahogado de la víctima, consciente del final, dispuesta a vender cara su piel pero, aún así, resignada. No dudé. El lazo y la puñalada certera, vi el miedo reflejado en sus ojos claros y aún así llegué hasta el final.
Desperté asustada, incrédula, sudorosa como si hubiera recorrido a pié medio Amazonas, mirándome las manos en busca del rastro de sangre, el olor, la culpa. Dios… tengo un cadáver en mi haber y ni siquiera sé bien quién es. Bueno… sí, sé quién es. O lo sospecho.
Me pregunto cuánto de real hay en los sueños. ¿Será que soñé lo que nunca jamás de los jamases podría llevar a la práctica? ¿O es tal vez una expresión de deseo, un preámbulo, el tenue bosquejo de lo que soy capaz?
Que me internen ahora mismo…

2 comentarios:

Luciano dijo...

He soñado que mataba, y se sentía bien porque en el fondo uno sabe que es como un videojuego, que te despertás y listo.

Menta Ligera dijo...

Es adrenalina pura pero demasiado real para mi gusto...