No planté el árbol ni tuve hijos ni escribí el libro… aún. Sin embargo, esta vez me escribieron a mí y esto es lo que inspiré:
Claro que es lo mejor...
quitar todas las huellas...
evaporar las pistas...
que sólo el aire duela.
En claro responsorio
una fuga de aquellas…
las migajas de otoño
bailan con las estrellas.
Desabrochar el pez de la carnada,
la herida de la espuela,
el todo de la nada,
...que el menor eco muera.
Con pasión ejercer la compasión,
la estocada suprema.
Y así, en la maravilla de las cosas
donde la embriaguez de los planetas
se codea con la torpeza de las rosas,
que sólo el aire duela.
No sé bien qué significa y probablemente nunca lo sepa. El autor es de aquéllos que no se detienen en explicaciones infructuosas, tenaz aunque conciente de los límites (mis límites), inteligente, quizá la persona más inteligente que tuve el honor de conocer.
Apareció en mi casilla la mañana del día de la Patria. Él lo llamó “Rimas trasnochadas” aunque no creo que haya perdido el sueño por mí.
Me gusta este juego de musa y poeta, me halaga, dispara mi ego a lugares insospechados y me obliga a soñar un poco. Y así, de común acuerdo, sin medias palabras ni compromisos inútiles, construimos nuestro pequeño secreto que a nadie hace mal y afortunadamente nos enriquece.
Claro que es lo mejor...
quitar todas las huellas...
evaporar las pistas...
que sólo el aire duela.
En claro responsorio
una fuga de aquellas…
las migajas de otoño
bailan con las estrellas.
Desabrochar el pez de la carnada,
la herida de la espuela,
el todo de la nada,
...que el menor eco muera.
Con pasión ejercer la compasión,
la estocada suprema.
Y así, en la maravilla de las cosas
donde la embriaguez de los planetas
se codea con la torpeza de las rosas,
que sólo el aire duela.
No sé bien qué significa y probablemente nunca lo sepa. El autor es de aquéllos que no se detienen en explicaciones infructuosas, tenaz aunque conciente de los límites (mis límites), inteligente, quizá la persona más inteligente que tuve el honor de conocer.
Apareció en mi casilla la mañana del día de la Patria. Él lo llamó “Rimas trasnochadas” aunque no creo que haya perdido el sueño por mí.
Me gusta este juego de musa y poeta, me halaga, dispara mi ego a lugares insospechados y me obliga a soñar un poco. Y así, de común acuerdo, sin medias palabras ni compromisos inútiles, construimos nuestro pequeño secreto que a nadie hace mal y afortunadamente nos enriquece.
6 comentarios:
Está bueno.
Ah, ser muzza de alguien. Pocos hombres tendrán la dicha.
Que belleza... las ilusiones que provocan estas pequeñas grandes cosas es inpagable... diafrutà todo, como pellizquitos de la vida, para de a poco, armar el rompecabezas de vos y tu sombra
todas las energìas para vos
te mando un abrazo Menta...
Menta, cuando tengas un ratìn entretenete con este blog que encontrè...
http://elchinodelsuper.blogspot.com/
un besote
por que no me contaste????? mala! te guardas las cosas!! Ya estoy de vuelta, escribime!!!!!!!!
Luciano,
Nunca se sabe.. ¿Cobran las muzzas?
Mariposa,
Esta bueno el blog, me matan los dialogos ¡es tal cual! Gracias, besos para vos!
Sofia,
No me guardo nada, no se de que hablas si no hay nada para contar. Me haces enojar!!! Te escribo, beso
Hay un cuento de Fontanarrosa, la musa, qué personaje, fumaba y todo.
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