sábado, 30 de mayo de 2009

El hombre, la mujer y la belleza

Como este blog también tiene su costado científico, en esta oportunidad nos inclinamos humildemente ante los estudiosos de la Universidad de las Baleares (¿...?) que andan por ahí proclamando el descubrimiento del nuevo milenio y que resumimos en estas breves y categóricas palabras:

“Hombres y mujeres perciben la belleza de maneras muy diferentes”.

¡Faaaaaaaaaaa!
Fue necesario un arduo trabajo de investigación para enterarse que “la actividad neuronal provocada por los estímulos estéticos afecta sólo al hemisferio derecho en el caso de los hombres y a los dos hemisferios en el caso de las mujeres”. Pero, señores, no hay que ser Mandrake para comprobar que el cerebro masculino funciona sólo a medias, la otra mitad está entretenida en cosas más trascendentales…
Tanta importancia parece tener el asunto que los americanos y los gallegos no quisieron ser menos y arremetieron con pruebas magnetoencefalográficas y nosecuantosinápticas para concluir que:

“Las mujeres refieren la posición de las cosas o de sus partes en relación con otros elementos”, es decir que en el contexto de la percepción interviene un orden o ubicación (encima o debajo de, enfrente, detrás, etc).

“En cambio para los hombres sólo contarían las distancias”, o sea, qué tan lejos está una cosa de otra.

Pero esto no termina acá…

Las diferencias perceptivas determinarían, según este regimiento de sabelotodos, la división de trabajo entre hombres y mujeres: HOMBRE CAZADOR - MUJER RECOLECTORA

De acuerdo a esta hipótesis, las mujeres (recolectoras) tenderían a ser más conscientes que los hombres
de los objetos situados en su entorno, incluso los que no estuvieran relacionados con sus tareas. Los hombres (cazadores) utilizarían estrategias de orientación basadas en conceptos como la distancia, la posición del sol, etc.
En síntesis: mientras la mujer trabaja el hombre se rasca los gobelinos, toma cerveza y echa panza ante el televisor festejando los goles de B Nacional.
Claro que la mujer es en realidad el sexo fuerte, así que al primer grito de “¡Viejo, andá a comprar la leche!” el CAZADOR no tendrá más remedio que ponerse los pantalones y ganarse el lugar.

Pero el estudio de las percepciones se detiene particularmente en la valoración del objeto decorativo (acá el cerebro masculino quedó knockout …), en especial la decoración del propio cuerpo que tendría su raíz en la selección sexual.
Así, la capacidad de alterar el propio aspecto a través de dibujos y colores que es, en primera instancia uno de los aspectos de la vida social con énfasis en la selección sexual, se debe relacionar –según la brillante teoría que nos mantiene en ascuas- con el desarrollo perceptivo que permite a hombres y mujeres apreciar la belleza de manera diferencial.

A mí no me queda nada claro… Lo único que sé es que puedo pasearme por la casa con un
plumero de pavo real en la cabeza y que H ni lo nota. Si me compro un vestido nuevo, inevitablemente preguntará el precio y cada vez que lo use dirá “Nunca te vi con ese vestido…”
En fin, los hombres son todos iguales, no saben interpretar la belleza, no saben interpretar nada de nada. Por eso, por si acaso, para no perder la costumbre y porque en la variedad está el gusto, no pecarán de exquisitos y le dirán a todo (todas) que sí.

Al final ¡CUALQUIER COLECTIVO LOS DEJA BIEN!

3 comentarios:

Luciano dijo...

Ehhhhhhhhhhhh, no entendí un pito.
Si la mina está buena, está buena.
Después está la belleza de las cosas que no son minas, como una buena Gibson Les Paul.

Menta Ligera dijo...

Yo tampoco entendi mucho, no se para que tanto analisis si al final los hombres terminan eligiendo una Gibson Les Paul en lugar de un lindo ramo de amapolas para la bella mujer que tienen al lado. Ah! Y no dicen "¡que hermoso vestido! ¡Que linda que estas!" Mas bien.. "ese color te hace mas gorda" Pse..

Luciano dijo...

O "ese vestido te vas a poner?".
Ja.
Che, yo ayer planté flores pero tampoco duermo sobre ellas. Prefiero una Les Paul.