
A simple vista parece muy simple pero no lo es. Tengo demasiados por qué y demasiada culpa. Sí, soy culposa como una madre judía… En este preciso instante estoy midiendo el tiempo que tardo en escribir los "por qué" y pienso que se hará tarde para cocinar, pediremos una pizza y no será igual, me reprocharán y, si no lo hacen, me reprocharé yo misma aunque la pizza esté crocante y desbordante de queso. Seguro me dará acidez.
Fedra dice que debemos trabajar sobre la culpa y que la listita me ayudará a tomar decisiones más acertadas en el futuro. La terapia no es para mí… A regañadientes me siento en el sillón repleto de almohadones de todos los colores y tamaños que Fedra colecciona como si fueran mariposas disecadas y empiezo a hablar. No tengo ganas de hablar pero debo hacerlo, es necesario. Es probable que en algún momento la cosa resulte y deje de llorar como una marrana cada vez que me pregunta el motivo de mis angustias.
Recién empiezo y la lista ya es demasiado larga. Estoy muy sobria, cansada y sin sueño… Ojalá pudiera, como cuando era chica, pasar la noche en vela haciendo tarea, leyendo un cuento o dos, o tarareando mentalmente músicas inventadas… yo "componía" mucho de ese modo, igual que ahora escribo.
2 comentarios:
Pasa que si es una tarea, es pesada.
Qué creativa que sos. No pares.
Si.. me pase toda la vida haciendo tarea, mia y ajena. Me quejo de gusto, nomas. Gracias! Viniendo de ustet se me caen las lagrimas, se me caen.
Publicar un comentario