sábado, 16 de abril de 2011

Torta para papá

Papá cumple hoy 74 años.

Es por eso que me levanté muy temprano para romper los huevos separando prolijamente las yemas de las claras, así el bizcochuelo resulta bien esponjoso. El secreto está en los huevos. Además, dice Petrona que si las claras están requete batidas se puede reducir la cantidad de harina y la torta queda livianita como un almohadón de plumas.

Ahora que lo pienso bien, todos los hombres de mi vida han tenido su torta de cumpleaños hecha por estas manos abnegadas. Algunos más de una, como mi papá. A veces se me quema un poquito o levanta más de un lado que del otro y entonces hay que improvisar el equilibrio repartiendo bien el relleno. Tortas hechas con amor… todas. No importa que sea una pésima repostera, lo que cuenta es la intención y el sabor más que el aspecto. Como ésta, que se le escapa la crema por los costados, pero está para chuparse los dedos…

Crema y duraznos, como le gusta a papá. Chocolate, como me gusta a mí. Merenguitos que no le gustan a nadie pero hacen creer que soy buena en la decoración. En fin, aquí está la obra de arte, intacta antes de que pase la langosta… ¡Está rica, che!

¡Feliz cumpleaños, papi! Y que sea con salú.

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