miércoles, 7 de noviembre de 2007

Gynecologist

Pedí el turno hace un mes y medio y no me importó esperar porque ¡no quiero con nadie más!
Lo de siempre… Desarrollás una resistencia natural ante el speculum helado y sumamente drástico que te tortura los segundos necesarios para sentirte ultrajada sin posible defensa ni derecho al pataleo porque sabés que “así son las cosas” y “mejor prevenir que curar” y bla… bla… bla…
Y por si fuera poco, especialistas de todo tipo te observarán desde muuuuy cerca, te analizarán, te meterán “cosas”, te estrujarán y ecografiarán hasta finalmente cerrar el círculo donde todo comenzó y… “Está todo bien. Volvé dentro de un año”.
Pero siempre es bueno escuchar que todo está bien.
Salir del consultorio con la absolución resonando aún en tus oídos te hace sentir tan livianita que es casi como si volaras y el mundo entero se da cuenta que sos muy mujer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy cierto, la verdad...
Aunque confieso que la foto me da escalofrios.